¿Te gusta el chocolate? Aprende a comerlo sin engordar

El chocolate es la pasión de un gran número de personas. Pocos se resisten a este manjar que procede del cacao y que desde que llegó a occidente con el descubrimiento de América ha sido objeto de grandes pasiones y también de muchos miedos por su gran valor calórico.

Pero es importante decir que el cacao en sí mismo no tiene unos valores escandalosamente altos, sobre todo teniendo en cuenta que se consume en pequeñas cantidades por su fuerte sabor. El chocolate engorda debido a dos de sus componentes: la manteca de cacao y el azúcar.

El cacao en polvo puro no tiene manteca y tampoco tiene azúcar, de hecho su sabor es muy amargo. Por suerte para los amantes del chocolate es posible comprar cacao puro desgrasado en el mercado y añadirle edulcorantes sin calorías.

Estos cacaos tienen valores muy bajos en comparación con el chocolate o el cacao en polvo tradicionales y por eso puede usarse con moderación en cualquier dieta para perder peso. Su uso más tradicional es para hacer chocolate batido, es decir, mezclarlo con leche desnatada o con agua y edulcorante y tomarlo ya sea frío o caliente.

Para quién prefiera las bebidas de chocolate más espesas puede añadirse un poco de maicena y calentarlo a fuego lento mientras se revuelve y espesa. Así se obtendría un delicioso chocolate a la taza que, aunque parezca increíble, es muy dietético.

El cacao desgrasado en polvo puede usarse también para realizar todo tipo de postres, como bizcochos o galletitas de dieta. Se trata de productos hechos en casa, normalmente a base de harina de avena y que ayudan a sobrellevar una dieta para bajar de peso pudiendo tomarse un capricho de vez en cuando.

Y para quienes prefieran el chocolate en pastillas de toda la vida, pueden elegir las pastillas de chocolate puro en un alto porcentaje de cacao y sin azúcar añadido. También pueden hacerlo casero con el cacao espeso, congelándolo para obtener un chocolate más duro.

En cualquier caso, ya no hay que dejar la dieta cuando la ansiedad por el dulce nos posea y no podamos evitar tener que tomar un poco de chocolate. Es posible tomarlo sin estar cometiendo falta y además disfrutarlo el doble porque una vez que nos acostumbremos a su gusto intenso lo preferiremos sin duda alguna al cacao de toda la vida.

NO NOS GUSTA CAMBIAR

Desde siempre hay una batalla entre los partidarios de comer carne y los que prefieren comer pescado, los carnívoros como nos autodenominamos los que casi basamos nuestra dieta en la carne es muy raro que alguna vez decidamos comer pescado si hay alguna alternativa carnívora en el menú, y con los que prefieren el pescado pasa exactamente lo mismo, no van a cambiar así porque sí, prefieren el aporte nutricional del pescado.

El otro día en la televisión ví un estudio que hacían con dos gemelos que supuestamente tenían un apetito similar para que el estudio fuese lo más creíble posible, a uno le hacían comer un plato de carne y al otro gemelo le hicieron comer otro plato con la misma cantidad pero de pescado y después de haber terminado dejaron que pasase un tiempo razonable hasta que les volviese el apetito, al paso de este tiempo les dieron una pizza a cada uno a ver cual de los dos tenía más apetito y curiosamente fue el que había comido carne el que más pizza comió, lo que quiere decir que el gemelo que había comido el pescado estaba más saciado que el gemelo que había comido carne, lo que ,me parece muy sospechoso porque yo cuando como pescado suelo tener hambre mucho antes que cuando como pescado, esos gemelos al final seguro que no tenían el apetito tan parecido como se pensaban los científicos que hacían al estudio.

De todos modos cada uno va a comer lo que le guste sin tener en cuenta lo que nos digan los demás, está claro que a la hora de comer los gustos de cada uno son la prioridad, a nadie nos gusta que otros nos obliguen a comer aquellas cosas que no nos gustan, hay muchas veces sobre todo dependiendo de donde comamos que no nos queda otra opción que comer lo que se nos pone en el plato pero si tenemos alguna posibilidad de elegir siempre elegiremos lo que más nos gusta. Menos mal que cuando vamos a cenar o a comer por ahí nos dan a escoger entre lo que hay en la carta.

Escoge el primer coche para tu hijo

Si tu hijo ya tiene el carnet de conducir, quizás quieras regalarle su primer coche. Lo primero que tendrás que decidir es si adquirir uno nuevo o uno de segunda mano. Para un principiante seguramente lo más adecuado sea un vehículo usado pero en muy buenas condiciones. Las razones son bastante evidentes:

-Cuando se acaba de sacar el permiso de conducir lo normal es que todavía no se sepa manejar el coche con soltura. Esto hace que no se cuide demasiado el motor, maltratando por ejemplo el embrague o dando muchos acelerones totalmente innecesarios.

-Tampoco se tiene la soltura para maniobrar que se adquiere con la práctica, por lo que las probabilidades de darle al coche toques de aparcamiento o rozarlo con una columna en un parking son bastante elevadas. Si esto sucede con un coche de segunda mano el disgusto siempre es bastante menor que si se trata de un coche nuevo.

-En algunos casos, los padres quieren regalarle un coche que sea seguro a sus hijos, pero no quieren comprarle un coche nuevo porque supone una inversión demasiado alta y creen que es algo que puede comprar más adelante su hijo si así lo desea.

Una vez que se tiene claro que se busca Coche ourense de segunda mano, llega la hora de decidir el modelo. Aquí, lo más aconsejable es dejar que la persona que va a conducirlo tenga algo que decir.

Evidentemente, los padres pueden fijar un presupuesto y dar una opinión, ya que si el hijo es joven es fácil que se deje deslumbrar más por la línea del coche o por que sea un modelo de moda entre los de su edad que por otros factores como el que sea seguro o que tenga una buena relación calidad precio.

Las negociaciones son a menudo un tanto duras y hay más de un tira y afloja, pero dado que la oferta de segunda mano suele ser bastante amplia, al final se encontrará un coche que pueda convencer a ambas partes.

Esto es algo que hay que tener presente, especialmente cuando padres o hijos se obcecan con el que consideran el modelo perfecto, pero que disgusta profundamente a la otra parte.

En fin, la compra de un coche de segunda mano suele dar frutos en dos sentidos: por un lado, se consigue el vehículo que se estaba gustando convenciendo a ambas partes, por otro, se realiza un curso acelerado, casi un máster, en negociaciones intergeneracionales que seguro que resultará muy útil.

Contratar un centro de día o un centro terapéutico

Cuando una persona es diagnosticada con Alzheimer lo normal es que caiga como un jarro de agua fría y tras un primer momento de incredulidad se empiece a estudiar qué hacer. La enfermedad obliga a cambios en la vida de la familia, pero también se hace necesario buscar terapia que ayude a frenar el avance de la enfermedad dentro de lo posible.

Algunas familias optan por llevar a sus enfermos a centros terapéuticos en los que diferentes profesionales pueden ayudarlos mediante estimulación cognitiva o ejercicios de fisioterapia. Pero estos centros funcionan de una manera similar a una clínica. El enfermo acude junto con un familiar o cuidador que se encarga de atenderlo y que una vez que acaba la terapia se lo lleva a casa.

Pero esto puede ser insuficiente en muchos casos, ya que la familia debe de atender a su trabajo o a hijos pequeños y no pueden acompañar al enfermo a la terapia o tenerlo bien atendido en casa durante todo el día. En estos casos, se hace necesario buscar un Centro dia centro Madrid para darle una atención más integral al enfermo.

En un centro de día no solo se le proporcionan terapias, también se le ofrece cuidado. Allí puede estar la persona durante las horas que sea necesario para la familia, recibiendo terapias, cuidados, alimentación, aseo y todo lo que pueda necesitar el tiempo que esté contratado.

La familia, mientras tanto, puede continuar con su vida y acudir a recoger al enfermo en el horario acordado, para que este pueda estar en su casa durante la noche. Estos centros funcionan además como local de actividades, ayudando a que los enfermos mantengan, dentro de sus posibilidades, una vida social satisfactoria.

Estos centros suelen trabajar en coordinación con el médico neurólogo que atiende al enfermo y que envía sus informes al centro para que allí tengan una idea clara del estado de la persona. En algunos casos, el neurólogo también puede solicitar un informe de estos profesionales para tener una opinión más clara sobre su evolución.

Incluso en algunos casos, los centros de día pueden ofrecer a la familia la posibilidad de que el enfermo sea tratado por un médico experto en neurología dentro del mismo centro para que todo esté más centralizado y coordinado. La labor de la familia es también importante, ya que tienen que colaborar con los profesionales en todo aquello que se les solicite.