Tres desayunos perfectos para empezar el día

Un desayuno tradicional

Un ejemplo de desayuno tradicional de los que se llevan a cabo en muchos lugares de España es el que está formado por un vaso de café con leche o un cacao con leche la asturiana, una pieza de fruta y unas tostadas que pueden tener diferentes variaciones.

Aunque en algunos lugares es típico tomar las tostadas con mantequilla y mermelada, lo más sano es acompañarlas de un chorro de aceite de oliva virgen y un poco de tomate o de jamón, según el gusto. Incluso pueden untarse de ajo para disfrutar de todo lo bueno que aporta este producto.

Un desayuno típico de las nuevas generaciones

Las nuevas generaciones apuestan por otro tipo de desayunos que ya incluyen todo en una misma taza: leche, cereales y fruta. Pero hay que escapar de los cereales industriales que tienen demasiado azúcar en su composición y optar por otras variedades más sanas, como son los copos de maíz sin azúcar a los que se pueden añadir frutos rojos o el muesli.

El muesli se puede comprar ya mezclado o realizar cada persona su particular mezcla de cereales y frutas para empezar con mucha energía el día y mantenerse toda la mañana en forma.

Un desayuno para los que necesitan aporte extra de energía

Ahora está de moda el desayuno con mucha energía, especialmente para aquellos que tienen que realizar deporte y necesitan un aporte extra de calorías o para las personas que desayunan temprano y no tienen ocasión de volver a comer nada en muchas horas. Un ejemplo son aquellos que tienen jornada continuada en su trabajo, con un descanso que no les alcanza más que para tomar un café.

Estos desayunos incluyen café con leche y fruta, pero también productos más grasos que ayuden a proporcionar energía para poder aguantar hasta entrada la tarde: bacon, huevos revueltos o tortillas de atún son las opciones elegidas por los amantes de este tipo de dieta en la cual, la comida de la mañana es la más calórica de todo el día.

En cualquier caso, se recomienda desayunar fuerte pero tomar algo a media mañana y no dejar que el cuerpo esté más de tres horas sin ingerir alimentos. Esto es lo más saludable para el estómago y lo que ayuda a tener un peso saludable, siempre que se consuman cantidades razonables de comida de cada vez.