3 formas de dar privacidad a tu jardín

Vivir en una casa con jardín es un auténtico privilegio. Contar con un pedacito de terreno en el exterior, aunque sea pequeño, permite disfrutar de una tarde noche de verano tomando algo al caer el fresco. O disfrutar de una barbacoa con los amigos. Pero, desde luego, la sensación no es la misma si estamos a la vista de todos los que pasen por la calle o incluso de las personas de las casas que tenemos a los lados. Conseguir una mayor intimidad y privacidad es muy importante y hay varios métodos para lograrlo, todos con sus pros y con sus contras.

1) Las verjas de aluminio. Las verjas de aluminio son sin duda la mejor opción para dar privacidad a un jardín ya que aportan, además, una gran seguridad. Estas verjas se pueden encontrar en el mercado con diferentes diseños y colores, por lo que siempre va a ser sencillo encontrar las que queden bien con el estilo de la vivienda. Incluso es posible que en algunas urbanizaciones obliguen a que sea un modelo determinado de verja el que se instale.

El único punto en contra de las verjas es que son algo más caras que otros métodos de privacidad, pero al aportar seguridad queda totalmente compensado el mayor coste.

2) Las plantas naturales. Las plantas naturales son el cierre más bonito y que puede haber en una propiedad. Pero esto solo es así cuando se cuida mucho y se eligen las plantas adecuadas. Es un tipo de cierre bonito, pero obliga a un gran mantenimiento que, muchas veces, tiene que ser realizado por un jardinero profesional para evitar plagas de insectos o incluso que las plantas crezcan hacia el espacio de los vecinos.

Hay que escoger bien las plantas para evitar las hojas secas en otoño, que pueden llegar a ser un problema y reponer las plantas que se vayan muriendo. Esto puede ser excesivamente exigente para muchas personas que no quieren tener que emplear horas y horas en el cuidado del cierre.

3) Seto artificial. Es la opción más económica para conseguir intimidad, aunque sin duda es la menos atractiva. Son rollos de seto de plástico de mejor o menor calidad que se pueden comprar en tiendas de bricolaje y que se instalan de una manera relativamente rápida. No tienen mucho mantenimiento ya que solo hay que limpiarlos para que no acumulen polvo, pero incluso los de mejor calidad se ven artificiales.