MEJORANDO LA CIUDAD

El fin de semana pasado por fin hemos podido quedar con lo amigos para poder tomarnos unas copas en el bar de los padres de uno de ellos, que es donde normalmente quedábamos cada fin de semana antes de que la pandemia nos encerrase a todos en nuestras casas. El único que no pudo venir fue uno que trabaja en un despacho de abogados especialistas en familia vigo, y creo que tenía algo que hacer el lunes y estaba ocupado. Pero para dentro de un par de semanas vamos a tener una cena de despedida de nuestro sitio de fiestas que nos lo van a tirar para construir un aparcamiento. Han tardado años en arreglarnos la calle y ahora que lo han hecho, nos quedamos sin el solar en frente al bar porque el que ideó la humanización de la calle no pensó en que los vecinos necesitan sitios donde aparcar sus coches y no todos los edificios disponen de garaje propio. Me parece que están quitando todos los aparcamientos en la calle por alguna razón pero todavía no le encuentro el sentido de ello, eso solamente perjudica a la ciudad y a sus habitantes que no les va a quedar más remedio que tener que buscarse una plaza de aparcamiento pagando cuando antes podía aparcar gratis. En una zona en la que aparcar ya era complicado no veo que lo más oportuno sea quitar las pocas plazas que hay. Y después el alcalde vendrá a vanagloriarse de lo bien que ha quedado la calle reformada. La cual ya tenía que haber estado terminada hace ya bastantes años pero al parecer prefirió remodelar otras calles que a decir verdad ya habían sido remodeladas con anterioridad, pero al parecer las calles pequeñas están destinadas a ser las últimas en ser acondicionadas. Hay que reconocer que la ciudad con los cambios en las calles ha mejorado bastante y zonas que antes daban realmente pena hoy en día son zonas que da gusto verlas y eso también es por los murales que se han pintado en los edificios que no daban una buena impresión.

¿Cuáles son los tipos de abogados existentes en el sector legal?

En la abogacía conviven una extensa variedad de áreas de especialización, como el Derecho Mercantil, el Laboral, el Inmobiliario, etcétera, que prestan servicio en distintas causas de litigio. Por esta razón, los abogados en Coruña, Madrid, País Vasco, Valencia u otras CC. AA. reciben una demanda constante, incluso en épocas de crisis económica.

 

Antes de solicitar sus servicios, es recomendable familiarizarse con las principales áreas de especialización de la abogacía, para evitar equivocaciones innecesarias. Así, los conflictos entre particulares son competencia de los abogados civiles, un tipo de letrado que media en reclamaciones de deudas, manutenciones, sucesiones y otros litigios de naturaleza similar.

 

Cuando el conflicto se produce en el marco laboral, los afectados deben acudir a abogados laboralistas. Estos profesionales se especializan en Derecho Laboral, y su cometido es resolver los problemas entre compañías privadas y empleados o entre estos y las administraciones públicas, en caso de accidente, despido improcedente, impagos, mobbing y otras situaciones comunes en este ámbito.

 

Por su parte, los abogados penalistas se involucran en casos en los que el cliente ha cometido o recibido un daño contemplado en el Código Penal. Esta figura no debe confundirse con el abogado criminalista, dedicado a estudiar las pruebas de un delito desde una perspectiva forense.

 

Menos dramático es, en apariencia, el trabajo de los abogados de familia, especializados en el Derecho de Familia, que tiene el objetivo de resolver los conflictos acaecidos en el seno familiar: divorcios, custodias, pensiones alimenticias, etcétera.

 

También son comunes los abogados mercantilistas, que median en las relaciones y trámites contractuales entre empresas. Sin ellos, la escritura de contratos, el proceso de concurso de acreedores y otros mecanismos burocráticos serían un serio problema.

 

Relacionados con los bienes raíces están los abogados expertos en Derecho Inmobiliario. Los desahucios, la formalización de contratos o los contratos de arrendamiento y de compraventa entran dentro de sus competencias.

El coste del viaje 

Si viajar era caro antes de la pandemia, ahora se nos ha complicado bastante más. Seguro que los más viejos del lugar recuerdan cuando un billete de avión a Canarias costaba un ojo de la cara, allá por los años 70, cuando el low cost no era más que un sueño para los viajeros. Pues ya hay quien dice que, en un futuro a corto plazo, los viajes se van a parecer mucho más a los de antes, cuando cambiar de provincia durante una semana ya se veía como una odisea.

Y es que a los incrementos de precio derivados de la crisis energética y la inflación se ha unido un incremento de precios considerable en relación a la fase anterior a la pandemia. Cualquiera que haya reservado un vuelo o un hotel en las últimas fechas habrá comprobado que el low cost ya no es tan low cost como antes.

Pero también es cierto que está situación puede tener su lado positivo. Si el precio barco islas cies es relativamente asequible en comparación con otros viajes más “ambiciosos” es una forma de potenciar el turismo de proximidad frente a esos viajes que dejan una inmensa huella de carbono. Es cierto que pensar en la huella de carbono no era nuestra prioridad como viajeros hasta hace bien poco, pero tampoco es menos cierto que el turismo de masas de los últimos años parece insostenible a largo plazo.

Por nuestra parte, y hasta que escampe, si es que escampa alguna vez, hemos decidido apostar por una forma de viajar más cercana y asequible. No estamos para grandes dispendios y todavía tenemos mucho que conocer en nuestro país. ¿Para qué vamos a irnos a la otra punta del planeta si aún no hemos estado en las Cíes, por ejemplo? Por eso nos parece correcto pagar el precio barco islas cíes y dejar para adelante otro tipo de viajes. Al fin y al cabo, lo mejor de viajar no es tanto el destino sino el camino, que dijo el sabio. Y seguro que ese sabio tampoco era tan millonario como nosotros.

Cuando organices tu viaje, no te dejes flecos

¿Eres una persona organizada cuando viajas o eres de esas que cuando abren la maleta se dan cuenta de que les falta la mitad de lo que necesitan y les sobra la mitad de lo que han traído? La mayoría de nosotros pecamos de no organizar bien los viajes y eso acaba generando estrés. Y es algo que podemos evitar fácilmente con una buena planificación previa.

La mayoría de los viajes que realizamos son a lugares cercanos y en lo que se ha dado en llamar civilización. Es decir, a ciudades o pueblos en los que hay todo tipo de servicios. Por tanto, vamos a centrarnos en la organización de un viaje de este tipo dando por hecho que ya hemos mirado guías para saber qué visitar una vez que estamos allí.

Para empezar, evita transportar en la maleta todo lo que puedes comprar a precios económicos en el lugar que vas a visitar: productos de aseo y comestibles, sobre todo. Si eres de esas personas que suelen comprar muchas cosas en sus viajes para tener recuerdos de todo lo que visitas, entonces deberías de llevar en tu maleta prendas que puedas dejar en tu lugar de destino. Por ejemplo, zapatillas ya gastadas que son cómodas para andar pero que no tienen demasiada vida útil. Así, quedará espacio para poder traerse recuerdos.

Otro aspecto que hay que organizar bien es la logística. Viajar en coche hasta el aeropuerto es lo más cómodo, sobre todo si este no está en la ciudad. Así, se evita tener que ir en autobús o tren hasta el lugar de destino y enlazar aquí con un nuevo transporte.

Pero es conveniente encontrar un parking barato cerca atocha y reservar los días para evitar pagar un dineral porque el vehículo quede a buen recaudo. Dejarlo en la calle no es una opción, primero porque no hay muchos espacios para hacerlo y segundo porque podría tener un accidente y no nos enteraríamos hasta que regresáramos de las vacaciones.

Al regresar del viaje solo tendríamos que coger de nuevo el coche y volver a casa, sin tener que esperar ni estar pendientes de los horarios de los servicios públicos. Estos horarios podrían incluso obligarnos a pasar una noche en la ciudad aumentando el precio de nuestras vacaciones, sobre todo si este aumento se da a la ida y también a la vuelta.