AYUDAR A NUESTROS PADRES

El padre de una de mis amigas no es que esté pasando por su mejor año, primero le dio un ictus, después se cayó y le tuvieron que operar de la cadera y ahora le tienen que operar de un cancer estomacal, a este señor parece que le ha visto un tuerto porque tiene muy mala suerte. A mi la que de verdad me da mucha pena es su hija que es una chica estupenda a la que quiero mucho y no me gusta verla tan disgustada. Solamente espero que le hayan podido detectar el cáncer estomacal lo antes posible y que tenga una pronta recuperación.

A ninguno de nosotros nos gusta ver como nuestros padres se hacen mayores y se ponen enfermos, pero a decir verdad no nos queda otra que aguantarnos porque es ley de vida. Por lo menos nuestros padres nos tienen a nosotros, sus hijos, para que les ayudemos. Pero lo que de verdad me preocupa es ¿quién me va a ayudar a mi cuando llegue a esa edad? Yo no tengo hijos y visto lo visto no creo que los vaya a tener ya. Me da la impresión de que voy a tener que apañármelas como buenamente pueda y eso no me hace ninguna gracia. Tengo hermanos que me podrían ayudar pero son mayores que yo, así que no sé cómo estarán llegado el momento ellos también. Por fortuna soy un chaval que por ahora no es que haya tenido ningún problema grave de salud y eso me hace tener unas pocas esperanzas de llegar a viejo en mejores condiciones que muchos otros. Eso sí, tengo que cuidarme un poco para ver si puedo evitar cualquier exceso que pueda cometer.

 

Cuidar de nuestros padre no es realmente un problema, el problema viene cuando tus padres son muy tercos y no dejan que les ayudes cuando tienen problemas. Muchas veces porque creen que dejándose ayudar ya no son las personas que eran y ahí están muy equivocadas, todos necesitamos que alguien nos ayude alguna vez da igual quien sea y no vamos a dejar de ser quienes somos por eso.

¿Quién tiene más posibilidades de tener cáncer? 

Vivimos en una sociedad en la que hay un evidente avance en el tratamiento de algunos temas tradicionalmente tabú, como la sexualidad o el feminismo, pero, sin embargo, existen otros temas que seguimos prefiriendo no tratar, tal vez porque son demasiado desagradables. Y la enfermedad es un tema bastante desagradable. 

Nos cuesta hablar de enfermedades tan duras como el cáncer y aunque cada vez son más las personas famosas que ponen de actualidad esta enfermedad, seguimos teniendo reparo a tocar cierto tipo de temas controvertidos. Buscando información sobre el adenocarcinoma de esófago, un tipo de cáncer de menor incidencia que otros más “famosos” pero bastante difícil de detectar en sus primeras fases, me encontré con datos acerca de los factores de riesgo del mismo y uno me llamó la atención: la extracción social baja.

¿Es tener pocos recursos un factor de riesgo para contraer cáncer? Según los expertos y las estadísticas, sí. Tal vez no sea un secreto para muchos, pero sí puede resultar sorprendente teniendo en cuenta que siempre se ha considerado el cáncer como una enfermedad devastadora que no conoce la diferencia entre ricos y pobres. Pero no es del todo así. 

Podríamos poner de ejemplo un país como Estados Unidos. Según el Instituto Nacional del Cáncer de ese país los miembros de minorías raciales o étnicas tienen más posibilidades de tener pocos recursos con lo que tienen dificultad para acceder a un seguro médico lo que repercute en el diagnóstico y tratamiento de enfermedades. O dicho de otra forma: si el adenocarcinoma de esófago es un tipo de cáncer difícil de diagnosticar y no tienes seguro médico existen muchas más probabilidades de que no sea tratado a tiempo.

Así mismo, desde este organismo oficial estadounidense se indica que las personas con pocos recursos tienden a llevar una vida menos saludable lo que incluye mayor ingesta de alcohol, tabaquismo, malas costumbres alimentarias, obesidad, trabajos más duros y perjudiciales para la salud, etc. 

Así que el cáncer es un enemigo que sí distingue de clases sociales y, como siempre, los más pobres tienen más posibilidades de perder la batalla.

¿Por qué es tan delicado el esófago?

El cancer esofago es uno de los más frecuentes, pero no es el único problema médico que afecta a este órgano. También es frecuente tener dolores debido a irritaciones. ¿Es este órgano especialmente delicado? ¿Por qué sucede así? ¿Por qué unas personas parecen tener problemas de esófago frecuentes mientras que otras no?

Vamos por partes. No se trata de que el esófago sea especialmente delicado, sino de que su situación es de por si delicada. El esófago y el estómago se unen por el cardias, el cual actúa como una válvula que permite que el bolo alimenticio entre en el estómago pero que impide que el contenido del mismo suba a través del tracto digestivo.

En el estómago, el bolo alimenticio es sometido a la acción de los jugos gástricos, los cuales son muy ácidos y corrosivos. La pared del estómago está especialmente protegida para que esos ácidos no le afecten y por eso aguanta la acción de la digestión sin problemas. Pero cuando falla la válvula que se encarga de cerrar el estómago y esos ácidos suben al esófago, se produce un problema.

El esófago es, básicamente, un músculo y no tiene ningún tipo de protección contra los jugos del estómago. Por tanto, esos al subir irritan la pared del esófago. Si esto se produce de manera continua la irritación dará lugar a las úlceras y, dado el caso, incluso a un cáncer de esófago.

No todas las personas tienen problemas de esófago porque no todas tienen problemas con la válvula que lo comunica con el estómago. Si no se produce el reflujo de los jugos gástricos, el esófago no tiene por qué dañarse. En este punto hay que decir que hay otros elementos que pueden dañar el esófago desde la boca, como la ingestión de determinados alimentos muy ácidos, pero normalmente el daño es pequeño en comparación con lo que ocurre en caso de reflujo.

Lo que hay que tener en cuenta es que, si al reflujo se le añaden otros factores como el consumo de esos alimentos ácidos y, principalmente, de alcohol y de tabaco, los daños van a ser mucho mayores y el riesgo de que acabe apareciendo un cáncer mucho mayor.

El cuidado del esófago está unido íntimamente al del estómago y a la eliminación de los malos hábitos anteriormente mencionados. Si se sufre de acidez de estómago de forma habitual es importante acudir al médico para ver las causas y prevenir la aparición de problemas.

SABER ESCUCHAR AYUDA

Hace como un mes estuve trabajando repartiendo las uvas de la vendimia a los clientes que venían a comprarnos uvas, el trabajo estaba bien pero hay que reconocer que era bastante duro, ya que el trabajo eran once horas diarias sin días de descanso por la semana. Aunque eso se puede comprender, por ser una temporada de campaña, solo hay trabajo mientras haya uvas que vender. Además, era duro por la gran cantidad de cajas que hay que levantar y las manos y los brazos te acaban pasando factura. Cuando me despertaba por las mañanas apenas podía cerrar las manos de lo hinchadas que las tenía, para poder ir a trabajar tenía que meter las manos debajo del grifo de agua fría, de lo contrario no podría ir a trabajar. Todavía hoy sigo teniendo molestias en uno de mis brazos de todo el esfuerzo que tuve que hacer.

 

Pero lo mejor de ese trabajo fue conocer a la chica que se encargaba de la oficina, era una chica muy amable, pero a veces hablaba de cosas de las que normalmente no le cuentas a alguien a quien acabas de conocer, como por ejemplo, que le habían tenido que quitar un trozo del cuello uterino, cuando me contó esto cuando apenas habíamos hablado un par de veces no me lo podía creer. Pero pude darme cuenta de que a ella le hacía falta alguien que la escuchase, sus amigos y familiares no le deben de hacer mucho caso o no les importa lo que tiene que contar. Personalmente sé escuchar y a mucha gente le gusta eso de mi, por lo que muchos se sienten cómodos hablando conmigo. Además de saber escuchar, presto atención a lo que me dicen, y mucha gente se sorprende cuando otro día diferente me acuerdo de lo que me han hablado con anterioridad.

 

Me doy cuenta cuando hablo con la gente que muy pocos en realidad están escuchando lo que les estás diciendo, muchos solamente se dedican a asentir, pero cuando les preguntas por algo que ya les has dicho no tienen ni la más remota idea de lo que les estás contando.

Cómo detectar el cáncer de colon

El cáncer de colon, también conocido como cáncer colorrectal es el originado en el colon o recto. Pueden verse como dos tipos de cáncer separados, pero la medicina los agrupa debido a la cantidad de características comunes que comparten. Este es el tercer tipo de cáncer diagnosticado con mayor frecuencia, ocupando el mismo lugar en la tasa de mortalidad por cáncer en Estados Unidos y Europa. Por eso, hoy hablaremos sobre cómo es la deteccion precoz de cancer colon y cómo podemos llevarla a cabo.

Es importante destacar que este tipo de cáncer comienza con un crecimiento conocido como pólipos que ocurre en el revestimiento interno del tejido del colon o recto. Algunos tipos de pólipos pueden evolucionar en cáncer con el paso de los años, más no todos. Los dos tipos principales son los Adenomatosos, denominados precancerosos por la frecuencia con que mutan en afecciones cancerígenas, y los Inflamatorios, que no son considerados precancerosos.

Teniendo en cuenta el hecho de que los pólipos pueden tardar entre 10 y 15 años en convertirse en tejido canceroso, los médicos recomiendan las revisiones periódicas para detección del cáncer colorrectal. Hacerse estas pruebas de manera rutinaria, abren la posibilidad de detectar el cáncer en sus etapas iniciales, cuando sus dimensiones son menores, no se ha propagado y su tratamiento es menos complicado.

Estas pruebas han permitido la disminución en la tasa de mortalidad por cáncer colorrectal en las últimas décadas por los motivos antes mencionados.

Para prevenir este o cualquier otro tipo de cáncer, es recomendable acudir regularmente al médico y solicitar las pruebas a pesar de no existir ningún signo o síntoma de la existencia del mismo. La mayoría de los casos al tiempo que muestran signos visibles ya se encuentran en etapas avanzadas y que requieren un tratamiento más complejo que un extirpe como tal.

Algunas pruebas a las que puedes acudir como método preventivo son la Sigmoidoscopia Flexible, la Colonoscopia, el Enema de Bario de Doble Contraste, la Colonografía con CT, la Prueba Inmunoquímica Fecal, la Prueba de Sangre Oculta en o la prueba de ADN en las Heces Fecales.