SABER ESCUCHAR AYUDA

Hace como un mes estuve trabajando repartiendo las uvas de la vendimia a los clientes que venían a comprarnos uvas, el trabajo estaba bien pero hay que reconocer que era bastante duro, ya que el trabajo eran once horas diarias sin días de descanso por la semana. Aunque eso se puede comprender, por ser una temporada de campaña, solo hay trabajo mientras haya uvas que vender. Además, era duro por la gran cantidad de cajas que hay que levantar y las manos y los brazos te acaban pasando factura. Cuando me despertaba por las mañanas apenas podía cerrar las manos de lo hinchadas que las tenía, para poder ir a trabajar tenía que meter las manos debajo del grifo de agua fría, de lo contrario no podría ir a trabajar. Todavía hoy sigo teniendo molestias en uno de mis brazos de todo el esfuerzo que tuve que hacer.

 

Pero lo mejor de ese trabajo fue conocer a la chica que se encargaba de la oficina, era una chica muy amable, pero a veces hablaba de cosas de las que normalmente no le cuentas a alguien a quien acabas de conocer, como por ejemplo, que le habían tenido que quitar un trozo del cuello uterino, cuando me contó esto cuando apenas habíamos hablado un par de veces no me lo podía creer. Pero pude darme cuenta de que a ella le hacía falta alguien que la escuchase, sus amigos y familiares no le deben de hacer mucho caso o no les importa lo que tiene que contar. Personalmente sé escuchar y a mucha gente le gusta eso de mi, por lo que muchos se sienten cómodos hablando conmigo. Además de saber escuchar, presto atención a lo que me dicen, y mucha gente se sorprende cuando otro día diferente me acuerdo de lo que me han hablado con anterioridad.

 

Me doy cuenta cuando hablo con la gente que muy pocos en realidad están escuchando lo que les estás diciendo, muchos solamente se dedican a asentir, pero cuando les preguntas por algo que ya les has dicho no tienen ni la más remota idea de lo que les estás contando.