Ons, una isla que enamora

La isla de Ons forma parte del Parque Nacional Marítimo-Terrestre das Illas Atlánticas de Galicia pero a diferencia de las islas Cíes, que también forman parte del mismo, esta isla está habitada durante todo el año. Su población no llega a las 80 personas y actualmente solo se permite acudir a visitar estas islas en verano para mantenerlas protegidas.

La mejor forma de acudir a descubrir esta isla es en el barco ons, el transporte que une la isla con la costa y que realiza rutas diarias para viajeros. La demanda es alta y por eso se recomienda comprar los billetes con antelación.

Esta isla cuenta con una larga historia ya que sus primeros moradores datan de la Edad de Bronce. Siglos después, fue refugio de piratas y a principios de este siglo llegó a contar con una población de casi 500 personas. Pero la falta de infraestructuras hizo que se fueran marchando.

Como curiosidad, los vecinos de Ons tienen la consideración de colonos, ya que ni las tierras que trabajan ni las casas en las que viven son realmente suyas. Y es que la situación jurídica de la isla es, cuanto menos, complicada.

En la isla hay muchas leyendas unidas a algunos lugares concretos. Está, por ejemplo, el llamado Buraco do Inferno (agujero del infierno). Se dice que a través de esta sima pueden escucharse los lamentos de las almas que están en el infierno. En realidad, cuando hay mucho viento, este golpea al mar contra la roca. Esto, junto al sonido de los araos que tienen los nidos en el interior de la sima, han hecho que naciera esta leyenda.

Otro punto a visitar para los amantes de las leyendas paranormales es Punta Centolo, ya que los más viejos del lugar afirman que por allí entra en ocasiones la Santa Compaña para dejar sus avisos, haciendo un recorrido que termina en el cementerio.

Una de las ventajas de Ons es que cuenta con diferentes alojamientos turísticos, desde camping hasta habitaciones o apartamentos, por lo que es posible quedarse a pasar unos días y disfrutar de sus playas y de todos sus rincones naturales únicos y especiales, realizar una ruta hasta el faro o disfrutar de una auténtica noche estrellada sin que molesten las luces de la ciudad.

Y algo debe de tener la isla porque quienes van, generalmente repiten y son muchas las familias que acuden cada año a pasar parte de la temporada estival en Ons.