SABER ESCUCHAR AYUDA

Hace como un mes estuve trabajando repartiendo las uvas de la vendimia a los clientes que venían a comprarnos uvas, el trabajo estaba bien pero hay que reconocer que era bastante duro, ya que el trabajo eran once horas diarias sin días de descanso por la semana. Aunque eso se puede comprender, por ser una temporada de campaña, solo hay trabajo mientras haya uvas que vender. Además, era duro por la gran cantidad de cajas que hay que levantar y las manos y los brazos te acaban pasando factura. Cuando me despertaba por las mañanas apenas podía cerrar las manos de lo hinchadas que las tenía, para poder ir a trabajar tenía que meter las manos debajo del grifo de agua fría, de lo contrario no podría ir a trabajar. Todavía hoy sigo teniendo molestias en uno de mis brazos de todo el esfuerzo que tuve que hacer.

 

Pero lo mejor de ese trabajo fue conocer a la chica que se encargaba de la oficina, era una chica muy amable, pero a veces hablaba de cosas de las que normalmente no le cuentas a alguien a quien acabas de conocer, como por ejemplo, que le habían tenido que quitar un trozo del cuello uterino, cuando me contó esto cuando apenas habíamos hablado un par de veces no me lo podía creer. Pero pude darme cuenta de que a ella le hacía falta alguien que la escuchase, sus amigos y familiares no le deben de hacer mucho caso o no les importa lo que tiene que contar. Personalmente sé escuchar y a mucha gente le gusta eso de mi, por lo que muchos se sienten cómodos hablando conmigo. Además de saber escuchar, presto atención a lo que me dicen, y mucha gente se sorprende cuando otro día diferente me acuerdo de lo que me han hablado con anterioridad.

 

Me doy cuenta cuando hablo con la gente que muy pocos en realidad están escuchando lo que les estás diciendo, muchos solamente se dedican a asentir, pero cuando les preguntas por algo que ya les has dicho no tienen ni la más remota idea de lo que les estás contando.

Comprar una empresa, ¿buena inversión?

Crear una empresa desde cero supone un importante riesgo ya que los primeros años de cualquier negocio son siempre los más duros y en los que se asume un mayor riesgo. Por eso, algunas personas prefieren invertir su dinero en la compra de una empresa o negocio que ya esté funcionando y que haya demostrado que es capaz de ofrecer beneficios.

Existen muchos motivos por los que se puede vender una empresa, uno de los más frecuentes es la jubilación de su propietario sin que nadie de su entorno quiera continuar con la labor. Pero siempre queda la duda de si realmente es tan rentable como pueda parecer. Por eso, contar con servicios de asesoramiento compra empresas es importante y puede evitar que se tome una mala decisión.

Las empresas que se dedican a asesorar en la compra de empresas se encargan, en primer lugar, de realizar un estudio sobre el estado de la misma. Dado que ellos no ajenos al negocio, su estudio es totalmente imparcial y reflejará la verdadera situación de la empresa y también podrá ayudar a fijar su auténtico valor.

Si lo que se quiere es evitar riesgos se comprará una empresa totalmente saneada, que esté consiguiendo beneficios y que tenga visos de seguir dando ganancias a corto y a medio plazo si se continúa con las mismas políticas que se están llevando a cabo. Pero también hay otro perfil de comprador bastante habitual en estos casos, el de la persona que se dedica a comprar negocios o empresas que estén atravesando un mal momento, quizás incluso acarreando pérdidas.

¿Por qué querría alguien comprar una empresa que da pérdidas? Los motivos pueden ser diversos, tal vez porque consideren que pueden conseguirla por muy poco dinero y que la venta de los bienes de la empresa puedan darles una buena ganancia. Pero en la mayoría de los casos, porque tienen un proyecto para reflotar el negocio.

Este tipo de comprador quiere un buen asesoramiento y, además de conocer el valor de la empresa se encargará de averiguar cómo se ha gestionado, dónde se ha fallado y de elaborar un plan alternativo que resulte rentable. Así sabrá si con su inversión puede conseguir beneficios en un plazo de tiempo razonable.

Si las cifras dan, el inversor puede recuperar su dinero en poco tiempo y conseguir beneficios sin arriesgar tanto dinero como si comenzara de cero con el proyecto.