Dientes que se mueven en perros

A la mayoría de los perros les encanta jugar con su boca. Cogen con ella todo tipo de juguetes y, cuando pueden, roban todo tipo de alimentos. Pero los dientes de los perros están expuestos a bacterias y a suciedad y no siempre se limpian adecuadamente.

Lo más recomendable sería cepillar los dientes del perro cada día. Pero ni todos los perros colaboran en esto ni todos los humanos tienen el humor de entrenar al cachorro hasta que lo acepta como parte de la rutina diaria. Por eso, muchos dueños les dan a sus peludos golosinas pensadas para limpiar la dentadura. Este tipo de productos suelen ser duros y algo rasposos de modo que arrastran los restos de suciedad de la boca.

Pero mucha de esta suciedad se deposita entre la encía y la pieza dental. Si no se revisa con frecuencia la boca del perro y se le hace una limpieza bucal cuando se le acumula el sarro, este puede llegar a causar una infección en las encías. Estas se debilitan y los dientes comienzan a moverse ya que no se sujetan correctamente.

Esta es la causa más habitual de que se muevan los dientes en perros, si bien puede haber otras relacionadas con los huesos de la mandíbula o la aparición de tumores, por ejemplo. El veterinario será quién determine por qué se mueven los dientes del perro en última instancia.

Una limpieza profunda de la dentadura es el primer paso para recuperar las encías del perro. El veterinario puede recomendar algún tratamiento adicional, así como un Alimento complementario para afecciones de encias perros que puede convertirse en una parte habitual de su alimentación o consumirse solo durante un tiempo, hasta que la recuperación es completa.

Durante mucho tiempo, se recomendó que los perros comieran exclusivamente pienso ya que este no era, en teoría, tan sucio y no manchaba la dentadura como hace el paté o la comida natural. Pero hoy, la mayoría de veterinarios ya no apoyan esta teoría y prefieren que el perro coma una dieta variada, en la que pueden tener su lugar los piensos, los patés o carnes específicas y también productos naturales. La comida natural no tiene nada que ver con las sobras, ya que esto es perjudicial para el animal ya que la manera en la que se preparan los alimentos para los humanos no es saludable para los peludos.

Recomendaciones para cuidar el pelaje de perros

Por cada centímetro cuadrado, la piel canina alberga hasta nueve mil capilares. Sin unos hábitos regulares de higiene, el pelaje de estas mascotas se convierte en un foco de suciedad, parásitos e infecciones, peligrosos para ellos tanto como para sus propietarios. Comprar Champú para pieles delicadas para perros y otros productos de aseo es una medida eficaz para mantener a estos animales limpios y saludables.

Un error común es utilizar geles y champús de consumo humano en la higiene canina, pues contienen agentes químicos que pueden resecar su pelaje y producir irritaciones cutáneas. Se recomienda adquirir productos especializados de marcas con un dilatado historial en el cuidado y aseo de perros.

Además, los cuidados y geles utilizados deben adaptarse al tipo de pelo de la especie en cuestión. Nada más opuesto que los capilares fuertes y densos de un labrador y los rizados y delicados de un caniche. En particular, estos últimos necesitan baños semanales con champús hidratantes, ya que tienden a resecarse, sobre todo durante la primavera y el verano. También son exigentes con el cepillado, práctica que la mayor parte de los dueños suele ignorar.

Y es que recortar y cepillar el pelo canino es primordial para mantener su brillantez y fuerza. Como en los seres humanos, la ausencia de cepillado favorece la acumulación de suciedad y de células muertas, con el consecuente aumento de los parásitos. Para prevenir esta situación, se aconseja cepillar al perro de tres a cinco veces a la semana.

Respecto a la higiene y los champús, pecar por exceso es otra mala práctica. La mayoría de los veterinarios sugiere que reducir el número de lavados al mínimo indispensable es lo correcto. La cantidad dependerá de las necesidades específicas del animal en cuestión.

Por otra parte, la alimentación repercute en la salud de la piel y el pelo caninos, razón por la que no deben faltar grasas, sales y vitaminas en su dieta.

Mi perro se ha roto una patita

La rotura de una patita es uno de los accidentes más comunes en perros, especialmente cuando son cachorros pero no exclusivamente. Algunas razas, por sus huesos muy finos, son más propensas a este tipo de problemas. 

La mayoría de los animales que se rompen una pata es debido a un accidente, se escapan de la correa y son atropellados, se caen por unas escaleras o incluso perros muy pequeños que son subidos a la cama o al sofá para jugar y que saltan sin valorar la altura ni el peligro. 

También son frecuentes las roturas por dejar a los niños solos jugando con los cachorros. Los niños pueden agarrarlos de la pata y levantarlos o tratar de cogerlos en brazos y dejarlos caer. Incluso sentarse sobre el animal. Por todo esto, siempre se recomienda no dejar a los niños solos con los perros. Por no hablar de que el animal podría morder al niño al sentirse agredido.

Sea por lo que fuere, si vemos que el perro cojea y no apoya una pata, hay que acudir a una clínica veterinaria para que le hagan placas y lo examinen. Allí podrán ver si se ha producido una ruptura o si hay otro problema y, en el caso de que se haya roto algún hueso, habrá que valorar si es necesaria una intervención quirúrgica para unirlo o si puede soldar solo con la ayuda de material para veterinarios traumatólogos como son las férulas o las escayolas especiales.

Es muy importante vigilar constantemente al animal mientras se cura de su hueso roto, ya que si hace esfuerzos o apoya la pata cuando no debe, puede acabar soldando mal el hueso y esto causar un problema para toda la vida, como una cojera. Lo peor del caso es que este problema puede venir acompañado de dolor, por lo que es muy importante prevenir y esforzarse por que nuestro peludo se comporte, aunque nos vaya a costar bastante lograrlo.

Si por nuestro trabajo no podemos atenderlo todo el tiempo y tenemos miedo de que se pueda hacer daño, no es mala idea que al menos los primeros días se lleve al animal a pasar el día a una residencia canina donde puedan tenerlo vigilado. Habrá que realizar las visitas de rigor al veterinario para ir comprobando que todo va curando como debería y así, poder volver a ver a nuestro perro correr como antes.