Mejores planes y escapadas al aire libre en la ría de Vigo

La ría gallega con mayor calado también es una de las más turísticas, y no solo gracias a sus villas marineras (Moaña, Cangas o Arcade) o a los museos, iglesias y monumentos de la Ciudad Olívica. También su patrimonio natural la convierte en una de las rías más populares entre los aficionados al turismo activo y de naturaleza. En este sentido, uno de sus «platos fuertes» es la excursion a las islas cies, archipiélago situado en su desembocadura, compuesto por las islas de Monteagudo, do Faro y San Martín.

Accesibles en barco, las Cíes alberga una impresionante biodiversidad marina y terrestre, con la colonia de gaviotas patiamarillas más grande de Europa. Pero sus visitantes no limitan su ocio a la ornitología o el submarinismo, pues aquí se practican también el senderismo, el kayak, la acampada y la observación de estrellas.

De vuelta en tierra firme, recorrer la senda del río Lagares o Senda Azul es toda una experiencia. Su itinerario transcurre por el paseo fluvial de Vigo, tocando todas las playas entre la isla de Toralla y el muelle de Bouzas: Canido, Fontaiña, Samil, Santa Baia, etcétera.

En el seno de la ría, el monte de A Guía atrae a los entusiastas del trekking con las rutas que serpentean por su falda y transitan por bosques de pinos y robles o derivan en arenales como A Punta. El viajero con inquietudes culturales no queda decepcionado, ya que la ermita de Nuestra Señora de las Nieves corona este monte.

Con sus ciento cincuenta metros, O Castro preside la ciudad de Vigo y sus alrededores. Las escapadas aquí se ven recompensadas por un entorno singular, con yacimientos castreños y fortificaciones medievales, sin mencionar los parques infantiles. Para el ciclista y el simple paseante, el parque de Castrelos —a quince minutos en coche de O Castro— está cruzado por numerosos caminos rodeados de jardines, bosquecillos y un estanque.

Deshojando la margarita

Cada vez preparamos con más tiempo lo que vamos a hacer en verano. A veces con demasiado tiempo, como si todo tuviese que estar fijado al milímetro lo que en ocasiones le resta un poco de alegría a las cosas. Pero cuando tienes hijos ya no puedes improvisar como antes. Por eso ya va siendo hora de preparar lo que vamos a hacer este verano. Y la pregunta principal es: ¿habrá viaje o no?

En los últimos cinco años siempre hemos hecho un viaje de verano con los niños. Siempre a un destino costero en España, pero nunca repitiendo. Además de eso, siempre vamos a Galicia, de donde es la familia de mi mujer. Entonces son vacaciones “dobles”: Galicia y el “otro” viaje. Durante estos días he estado pensando sobre la posibilidad de que este verano no haya ese otro viaje. Razones para ello hay bastantes. 

Por ejemplo, he pensado en ampliar un poco más de lo habitual nuestra estancia en Galicia. ¿Y si vamos a visitar las cies, por ejemplo, que nos quedan bastante cerca, y ese es nuestro destino playero del verano? Es cierto que mi mujer es la primera que valora ir a otro sitio en verano. Porque, aunque ella nació allí, cuando está en Galicia no se siente estrictamente de “vacaciones”. Y por eso siempre le gusta ir a otro sitio.

En cuanto a los niños, a ellos creo que les importa menos. Lo pasan muy bien de vacaciones en el pueblo. Todavía son relativamente pequeños y no tienen otras “inquietudes” más allá de jugar y jugar. Y en el pueblo tienen todo lo que necesitan. Pero es cierto que una visita a las cíes puede ser también una buena experiencia para ellos ya que se trata de un entorno muy especial.

Además, está la posibilidad de ir de camping que es algo que no hemos hecho desde hace unos años, y nunca con los niños. Así que seguro que sería una aventura para ellos. En los próximos días tomaremos una decisión definitiva, aunque ahora me inclino por quedarnos solo con Galicia.