Relojes de lujo: ¿qué criterios de selección seguir?

Aunque la oferta de relojes de alto standing parezca ilimitada, el presupuesto disponible para adquirir estos productos no lo es tanto. Al examinar el catálogo de relojerias, se recomienda estudiar aspectos como el material, las dimensiones o el prestigio y brand equity aportados por el fabricante.

En primer término, el valor de los metales y piedras representa una parte significativa del precio de un reloj. Porque el titanio no se cotiza como la plata, ni el rubí como el diamante. Incluso el oro varía en función de su concentración, esto es, su quilataje (de doce a veinticuatro, para ser exactos).

La etiqueta del precio de un cronógrafo se justifica, más allá de los materiales, en la reputación de la marca. Incluso en el segmento deluxe de los relojes, TAG Heuer, Longines o Hamilton no alcanzan el mismo valor que Patek Philippe, Audemars Piguet o Rolex, y tampoco se revalorizan igual con el paso del tiempo, si el usuario desea iniciar una colección.

Otro criterio determinante es el estilo, que en cierto modo guarda relación con la marca. Por ejemplo, Cartier, Seiko y otros fabricantes disponen de una línea de cronógrafos deportivos, mientras que los amantes de la estética aviadora se sentirán atraídos por las creaciones de Zenith y Breitling.

Desde un punto de vista estético y de comodidad, el tamaño del reloj no debería escogerse a la ligera. La mayor parte de los cronógrafos posee esferas de treinta a cuarenta milímetros. Fabricantes como Mondaine diseñan esferas que exceden los cincuenta milímetros, nada menos.

La expresión de «recibes lo que das» es oportuna, pues si bien los clientes de relojes de lujo pagan un alto coste, disfrutan de un mejor servicio y una mayor duración de la garantía. Dado que cada marca aplica sus propias políticas al respecto, compararlas podría inclinar la balanza y ayudar a tomar una decisión.