Batidos naturales, no necesitas razones extras para tomarlos

Los batidos naturales están de moda. Quien quiere dar una imagen moderna solo tiene que pasearse con un batido de color verde, a ser posible en un vaso que luzca alguna etiqueta que haga referencia a la dieta detox. Pero, lo cierto, es que los batidos naturales siempre han sido tendencia, aunque no fueran tan sofisticados, no los subiéramos en fotos a Instagram y no les atribuyéramos propiedades casi mágicas.

Comencemos por los populares zumos de fruta que nuestras madres, apañadas ellas, hacían con la batidora para ahorrar tiempo y limpieza respecto a la licuadora. Así, además, nos tomábamos toda la pulpa que es donde están “las vitaminas”. De paso y por medio, nos metían algo de zanahoria, que queda muy bien con el sabor de la naranja y garantizaba que tuviésemos muy buena vista, según decían las abuelas.

Hoy contamos con una gran cantidad de robots de cocina. Las batidoras de vaso son muy populares y los batidos naturales se han convertido en una alternativa saludable para llevar a al oficina en lugar de galletas o de bocadillos. Son muy fáciles de transportar en vasos con tapa de rosca que no vierten su contenido. Y se pueden consumir en la mesa de escritorio, por lo que todo son ventajas. Incluso, con los vasos modernos para llevar batidos a la oficina, se pueden tener sobre la mesa para tomar a lo largo de la mañana sorbo a sorbo en lugar de beber agua.

Como sabemos que no es cierto que las famosas vitaminas “se vayan” si no se toman los zumos y batidos al instante, podemos consumirlos en cualquier momento del día. Solo debemos tener cuidado con el tipo de alimentos que mezclamos para evitar que se oxiden y tengan un aspecto muy poco atractivo. Normalmente, soluciones como añadir zumo de limón son suficientes para que todo mantenga su aspecto delicioso.

No hacen falta excusas para tomar batidos de verduras y frutas. Ni hacer una dieta detox. Simplemente, puede hacerse porque están deliciosos y son un gran aporte de vitaminas y de nutrientes. Una buena inyección para nuestras defensas y todo un placer para el paladar. Con esto es más que suficiente razón para hacerlo, sin buscar ni propiedades mágicas ni que contengan superalimentos que, a la hora de la verdad, no son más que los alimentos naturales de siempre.