Dermatitis en bebés

Se calcula que entre un veinte y un treinta por ciento de los bebés padecen dermatitis atópica. Se trata de esos pequeños granitos que les salen en la cara y a veces en el resto del cuerpo y que muchas veces se conocen como dermatitis del lactante.

Normalmente, no es un problema serio y con una crema hidratante y cuidados normales mejora. Para cuando el bebé comienza a ir al colegio, el problema ya ha desaparecido en la mayor parte de los casos.

Pero algunos bebés sufren este problema con más complicaciones y la dermatitis hace que incluso aparezcan heridas en zonas como la parte interior de las rodillas o las axilas e ingles. En estos casos, lo recomendable es acudir a un dermatólogo, los hay incluso especializados en pediatría, para que examine al pequeño y descarte otros problemas, ofreciéndole además los tratamientos más adecuados para él.

La dermatitis puede tener su origen en alguna reacción alérgica a la leche o a los productos que se utilizan para la higiene del niño y por eso lo normal es que esto sea lo primero que se vigile. Si tras utilizar geles específicos y aplicar los consejos que se dan para estos casos no se mejora, el dermatólogo suele ser el siguiente paso.

Cuando un bebé tiene problemas de piel se recomienda utilizar ropa de algodón cien por cien y no usar ninguna prenda sintética. Tener mucho cuidado con el tipo de pañales que se usan, dando prioridad a los de tela de algodón con absorbentes y cambiándolo con mucha frecuencia para que no haya humedad.

También se recomienda que los baños sean cortos y secar muy bien la piel tras los mismos, sin frotar para que no se irrite. Es bueno recordar que no es necesario bañar al niño todos los días y que se le puede asear con una toalla ligeramente mojada para que esté a gusto, secándolo a continuación sin sumergirlo en el baño. Se evitará así irritar en exceso la piel.

Se deben evitar los cambios bruscos de temperatura, protegiendo bien al bebé en sus salidas si es invierno y salen de una vivienda con calefacción. Y hay que mantener las uñas del pequeño bien cortitas para evitar que se arañen. También es buena idea evitar perfumes, por mucho que nos guste que el niño huela a las típicas colonias para bebés.