El autobús del mar 

Dicen que viajar solo es la mejor manera de conocerse a uno mismo y ponerse a prueba. En mi caso, rara vez he viajado solo y menos por placer. He ido a algunos conciertos en otras ciudades, pero poco más. Generalmente eran viajes muy cortos y con un objetivo muy claro que no incluían muchos aspectos turísticos más allá de acercarse al lugar en el que se celebrase el concierto. Pero hace tiempo decidí que había llegado el momento de hacer un viaje en solitario… empezando por Galicia.

Claro, tengo algunos amigos de esos de carretera y manta que se plantan en la India y pasan un mes solos recorriéndola y viviendo miles de aventuras. Pero a mí se me hacía un poco riesgoso (y caro) irme a tantos kilómetros de distancia. Así que empecé por algo mucho más cercano. Recorrí parte de Galicia, pero lo hice sin coche, en tren, autobús… y barco.

Sí, uno de los recuerdos que me llevo del viaje es haber tomado el barco a vigo desde la Estación Marítima de Cangas y ver a lo lejos las islas Cíes, uno de mis objetivos del viaje. A pesar de estar bastante acostumbrado a conducir y que cuando se viaja solo el coche te da independencia, consideré que ya puestos a hacer un viaje de este tipo lo mejor era estar más en contacto con la gente en los medios de transporte públicos. Y lo cierto es que tampoco me apetecía mucho conducir por las carreteras norteñas…

De hecho, se puede ir perfectamente en coche desde Cangas a Vigo, pero tomando el barco a Vigo es una forma más cómoda y bastante rápida para cruzar la ría. Aunque ya había estado alguna vez en Vigo, esta vez fue muy diferente porque iba sin un plan preestablecido, sin objetivos claros… y sin amigos. La experiencia fue muy buena, como lo fue visitar las islas Cíes que en este caso no conocía, aunque me habían hablado muy bien de ellas. Y vaya si están bien…

Sin duda, viajar solo engancha. Es cierto que es más exigente pero también te permite marcar tú mismo los tiempos. El siguiente no será a la India, pero sí que pensaré en algo un poco más ambicioso.