La ciudad de los museos 

Seguro que muchos turistas que llegan ahora mismo a Málaga se sorprenderían de cómo era esta ciudad a principios de los 90, sobre todo si hablamos de cultura. Por aquella época, la capital de la Costa del Sol estaba en plena ebullición turística, pero concentrada en ofrecer al viajero sol y playa. Pero los gestores públicos de la ciudad comprendieron que tenía más potencial, que podían convertirla también en un polo de atracción cultural.

Cuando ahora voy de visita a la ciudad, reservando previamente aparcamiento en Malaga, me doy cuenta de que, en este tema, también han cambiado las cosas. Porque en Málaga nunca fue fácil aparcar, pero ahora, usando aplicaciones desde el móvil, ya no tienes que estar dando vueltas por la ciudad hasta que suene la flauta. Es decir, lo puedes hacer, pero el tiempo es oro, y ahora Málaga no es solo playa y chiringuito. 

Desde que se abriera en 2003 el Museo Picasso de Málaga, muchas cosas han cambiado en este sentido en la ciudad. Porque muchos se preguntaban en la ciudad: ¿cómo es posible que todo el mundo saque partido de este pintor y su ciudad natal no tenga, siquiera, un sitio para recordarlo? París, Barcelona y hasta A Coruña celebraban el tiempo que pasó el pintor en esas ciudades, pero es que Pablo nació en Málaga. ¿Que no pasó mucho tiempo en la ciudad? De acuerdo, pero nació allí.

Por fin, hace un par de décadas, este asunto pendiente de Málaga con el pintor más importante del siglo XX quedaba parcialmente solventado. Ahora, muchos viajeros que llegan a la ciudad buscan aparcamiento en Málaga cerca del museo porque se ha convertido en un polo de atracción cultural, como lo es la propia Casa-Museo del pintor, el segundo lugar para recordar la figura del artista.

Si a todo esto sumamos el nuevo Museo Pompidou Málaga o el Centro de Arte Contemporáneo de la ciudad, tenemos un completo recorrido por las últimas tendencias del arte y el arte de vanguardia del XX: porque sí, Málaga es mucho más que su venerada Malagueta.