La calidad es fundamental en tus productos de mercería

Las mercerías son comercios que sobreviven muy bien a la era Internet porque ofrecen un tipo de servicio que no es fácil conseguir en línea. La venta al por menor de productos que se cortan y se miden, como las cintas, cordones o puntillas siguen siendo propios de tienda física y aunque algunas mercerías se han instalado con éxito en la red, lo cierto es que venden solo determinados productos.

Sí han sufrido la competencia de bazares generalistas en los que se han comenzado a vender productos hasta hace poco exclusivos de mercería y que ahora se ofrecen junto con ollas o productos de papelería. Estos bazares se han especializado en la venta de productos a bajo precio y también de una calidad dudosa.

Por todo esto, cliente actual de mercería es una persona que gusta de hacer a mano muchas de las cosas que tiene en su hogar o de reparar la ropa. Tiene bastante claro lo que quiere y, por lo general, va a buscar calidad. Y es en este punto en el que las mercerías deben de poner toda la carne en el asador. Aunque dispongan de gamas económicas para tener variedad de precios y artículos, la calidad siempre tiene que ser lo que marque la diferencia. Junto con la variedad de productos para escoger.

Aquí entran en juego los distribuidores, que deben de ofrecer una buena selección de artículos de calidad, elaborados por los mejores fabricantes. Trabajar con el fabricante de Cordón que no encoge, o con el que fabrica los mejores lazos que no pierden color o las gomas que resisten los lavados y secados a máquina garantiza que cuando llegan a la mercería pueden ofrecer al vendedor final la más alta calidad. Y este puede hacer lo mismo con sus clientes.

Cuando el cliente entra en la mercería espera encontrar productos diferentes a los que encontraría en un bazar, tanto en variedad como en calidad. Espera poder tocar y apreciar los materiales, algo que no va a hacer en Internet. Y, por supuesto, también espera un consejo profesional. Si obtiene todo esto, el cliente se fideliza y se queda, porque son cosas que no puede encontrar en otro espacio.

Por todo esto, las pequeñas merecerías de barrio se resisten a desaparecer y más ahora que coser está tan de moda y la gente ha vuelto a interesarse por las labores.