Posts sobre vinos

Cuando empecé con este trabajo, aceptaba casi cualquier oferta que llegaba a mis manos porque lo más importante en aquel momento era trabajar y ganar experiencia. Pero es cierto que cometí bastantes errores porque escribir sobre temas que uno no domina nada por precios no del todo rentables no suele salir bien. Pero, poco a poco, fui aprendiendo de los errores. 

Con el tiempo, he ido rechazando proyectos que se alejaban mucho de mis conocimientos, pero, de vez en cuando, llegaban algunas posibles colaboraciones que me hacían dudar, como cuando pude escribir para una web sobre vinos. El “problema” con este tema es que le tenía mucho respeto porque conocía a personas muy expertas y es un tema complejo. Pero, por otro lado, me llamaba mucho la atención porque me encanta el vino y lo veía una buena manera de aprender.

Porque cuando iba a Comprar albariño al supermercado no sabía distinguir muy bien uno de otro: me terminaba guiando por el precio y por el ensayo y error. Es decir, probar uno y si estaba bueno, repetir. Pero siempre quise tener un conocimiento un poco más técnico. Saber distinguir un vino de otro por sus características organolépticas y poder generar una buena colección de vinos en mi casa. Y como me ha sucedido con otras colaboraciones, esto podía suponer una buena forma de ir aprendiendo sobre el tema, mientras ganaba dinero.

Claro que todo esto también tenía sus riesgos como también conocía de otras experiencias. El hecho de empezar a escribir en algo que no domino puede suponer que los clientes no estén contentos con la labor, o que los lectores me tiren de las orejas por confundir los taninos con el bouquet. Porque cuando se trata de especialistas en vinos, saben muy bien de lo que hablan y saben distinguir cuando uno es experto de cuando no lo es.

Así, cuando un usuario entraba en la web en la que se me ofreció la colaboración a Comprar albariño, buscaban consejos certeros de expertos, no de aficionados que están aprendiendo. Así es que al final decidí dejarlo pasar y no arriesgarme a tener una frustración laboral y gastar demasiado tiempo en algo que probablemente no iba a salir bien.